Viviendo un sueño

“Tener al hombre de mis sueños a mi lado” era uno de los puntos positivos de mi separación. Y hoy, un año después de conocerlo, me apetece hablar de él.

Podría inventarme una historia romántica, una historia de película en la que nada más cruzar nuestras miradas surgió la química… pero la verdad es que conocí a Mario gracias a una APP, en concreto por ¡Adopta un tío!

Él me envió un hechizo al poco de crearme el perfil y yo acepté sin pensármelo 2 veces. Era la clase de chico que me gusta: moreno, ojos oscuros, barba y aspecto de “malote”.

Pasaron varias semanas en las que apenas cruzábamos 2 palabras y eso me hizo fijarme más en él. No era el típico tío que encuentras en éstas aplicaciones, esos que te piden el número de móvil a los 2 minutos e intentan ligar a la desesperada contigo (¡a la vez que lo hacen con 50 más!)

Así que un día me lancé y le pedí su número para hablar por WhatsApp de forma más fluida y dejar de tener conversaciones a medias. Cabe destacar que el primer día que le escribí no miró el móvil en toda la tarde y me quedé igual que si no hubiera tenido su número jajaj

Empezamos a hablar cada día y no había pasado ni una semana cuando ya buscábamos un hueco para quedar y conocernos.

Quedamos un viernes después de cenar, ya que él trabajaba en turno de tarde y no llegaría a mi pueblo hasta las 22.30h, como pronto.

Sinceramente, me daba un poco de pánico por aquellas historias que todas hemos oído… ¡en fotos era muy guapo, pero al natural era Frankenstein! O quizás cara a cara no encajaríamos tan bien como lo hacíamos por mensaje…

Pero al verlo llegar se me pasó la mitad del pánico. Físicamente era perfecto, era igual que en las fotos, ¡era guapísimo! Tuve que hacer un gran esfuerzo para disimular lo mucho que me gustaba jajaj

Se acercó a mí, me dio dos besos y empezamos a hablar mientras íbamos de camino a un bar cercano. Tuvimos tema de conversación durante horas ya que somos de edades muy parecidas, tenemos las mismas aficiones y nuestros planes de futuro incluyen los mismos objetivos… ¡Fuera pánico! ¡Encajábamos a la perfección!

Sin darnos cuenta ya habían pasado un par de horas. Le dije de hacer la última copa en mi casa… y nada más llegar me besó. ¡Encaje completado! :)

Esa primera noche supe que era él, que quería pasar el resto de mi vida a su lado.

Pero hacía sólo 5 meses que me había separado y eso me hacía dudar. ¿Era el momento? ¿No debía esperar más?

Empezamos a hablar a diario y a quedar siempre que podíamos. Éramos pareja, pero sin ponerle la etiqueta oficial.

Intenté convencerme a mí misma que no debía enamorarme de Mario, pero ¡no lo conseguí! Ya dice el refrán qué “el corazón atiende a razones que la razón no entiende”.

Y entonces él me dijo por primera vez que me quería.

La última persona en decirme esas palabras había sido EX, y me las había dicho mientras me hundía con sus actos. Así que me entró el pánico, el miedo a volver a sentirme tan mal como me había sentido meses atrás.

Debía superar mi miedo porque yo también le quería, ¡aunque no pudiera reconocerlo públicamente hasta varias semanas después! Y decidí relajarme y disfrutar cada vez que escuchaba esas dos palabras y, sobretodo, aprender a darles un nuevo significado, el verdadero.

No tenemos una relación fácil. Vivimos a 80km el uno del otro y, además, él también tiene custodia compartida, así que muchas semanas sólo nos vemos 1 o 2 días.

Pero Mario no ha dejado de demostrarme día a día que me quiere, que me apoya en todas mis decisiones y que siempre estará a mi lado, en lo bueno y en lo malo.

Y yo… ¡jamás me había sentido así! ¡Aún me pongo nerviosa cuando se acerca la hora de vernos! ¡Me muero cada vez que me mira!

Siento algo que no había sentido antes. Siento que quiero estar con él porque nos entendemos, porque existe una gran complicidad, porque puedo ser yo sin miedo a nada. Y no es rutina ni costumbre, no es obligación. Es ilusión, es alegría, es ¡querer!

- ¡Qué tonta! - Pensaréis. Posiblemente yo pensaría igual si lo viese desde fuera jajaj

Pero estoy en una nube y, aunque puede que me vuelva a salir mal (¡espero que no!), he decidido apostar por ésta relación. Porqué él me aporta todo lo que busco, porqué me hace ser mejor persona y porqué me siento realizada junto a él y nuestras niñas.

¡Feliz aniversario bonito!