Torbellina tiene pánico al agua.
Más concretamente tiene pánico al agua que le cae sobre la cabeza… Cuando
tengo que lavarle el pelo los llantos se oyen hasta en China, así que cuando
empezó el verano ya me vi venir el drama.
En la playa es más llevadero. Ella juega con la arena, corre para arriba y para abajo e incluso se acerca a la orilla y se moja los pies.
¡Pero la piscina es otro cantar!
Cuando los niños saltan y le caen gotas en la cara, empieza a chillar y se
agarra a mi cuello como si fuera el fin del mundo.
Torbellina tiene dos amigos, Fidein y Dormilón, y sus madres siempre me cuentan cómo se tiran a la piscina en bomba, cómo bucean y cómo disfrutan del agua.
Por eso me propuse buscar por
Internet técnicas con las que mejorar su relación con el agua. Y esto es lo que
encontré:
1.- Acompáñale al agua
Para empezar, el
niño debe sentirse seguro al entrar en contacto con el agua. Estate con él en
todo momento procurando que se sienta protegido. Ten en cuenta que las
emociones que tú le transmitas serán las que él manifieste, así que tienes que
ser un modelo a seguir. Si por ejemplo, se asusta con una ola,
quítale importancia riendo o métete con naturalidad en el agua y deja que te
observe desde la orilla.
2.- Enfréntale
al miedo poco a poco
La superación al
temor debe ser progresiva. No hay que forzarle a entrar en el agua, pero tampoco hay que demorar el momento. Acercarse poco a poco a la orilla/bordillo y sumergir primero los pies puede ser un primer paso.
3.- No le obligues
Si le
castigas o le regañas, lo único que conseguirás es que experimente
una mayor animadversión al agua. Deja que el niño vaya a su ritmo y se tome el
tiempo que necesite. Ten paciencia con él.
4.- Fomenta su
autonomía
Una vez coja
confianza deberás ‘soltarle’ poco a poco. Puede ser una cuestión de días o
meses, lo importante es que le des espacio de forma paulatina para que sea
independiente sin sentirse abandonado ante el peligro. En este sentido,
manguitos, flotares, burbujas o churros te serán de gran ayuda porque le
proporcionarán seguridad y le harán entender el concepto de flotar. Ahora bien,
no los uses como sustitutivo de ti mismo, pónselos cuando estés con él y una
vez que se acostumbre a usarlos, déjale ‘libre’.
5.- Juega con
él en el agua
Tu hijo puede
superar el miedo al agua si le haces ver que es un elemento divertido. Entrar
en contacto con el medio acuático a través del juego es tu gran aliado. Existen
variedad de juguetes que le ayudarán a ver el agua como ‘algo normal’ entre
los que se pueden incluir los globos de agua o incluso, una sencilla esponja.
En 10 días nos iremos de vacaciones, así que voy a ir
interiorizando todos estos consejos y los voy a poner en práctica. ¡Ya os
contaré si conseguimos superar el miedo!
Y vosotras, ¿habéis tenido problemas con el agua? ¿Qué habéis hecho para superarlos?
Muy buenos consejos, ánimo y paciencia! Ya contarás que tal ...
ResponderEliminarA la mía la apasiona el agua, es verla y.... allá que se tira, sin miedo. El miedo ahora lo paso yo porque es llegar a la pisci y salta.
ResponderEliminarEn cambio que la caiga el agua en la cabeza en el momento del baño lo lleva fatal. Animo!! Muak
Es lo único bueno... que por ahora puedo estar tranquila en la piscina, porque la parte donde sólo le cubre hasta los tobillos es su favorita y ahí poco le puede pasar jejejej
EliminarA la vuelta de vacaciones os cuento :D
Mi ciruelilla también le tiene pánico, en la bañera no, e incluso se ha dejado duchar estos días de vacaciones porque el apartamento no tenía bañera.. pero la piscina y la playa fatal. creo que es más bien por ser agua fría .. pero no ha habido manera. Con dos mesecillos le encantaba... pero con un año fatal.
ResponderEliminarya nos contarás! besos!
Ui, el trauma con el telefonillo de la ducha da para otro post entero...
EliminarOs cuento a la vuelta :D